En la jornada anterior, el SECZA decidió participar alentando a los afiliados al gremio, trabajadores y población en general a acercar a la organización los desechos que pudieran tener en sus casas y/o lugares de trabajo, en esta oportunidad decide involucrarse en la organización y difusión como una verdadera Campaña de Recuperación de estos desechos.
Dicha Jornada resulta en un convenio interconectado de instituciones, en las que se decide una única jornada de recolección, divulgación y visibilización, estando el SECZA como punto de referencia de recolección y último traslado de los desechos al punto final, en la sede de la UNMDP de San Lorenzo y Funes.
Se trata de la tercer Jornada impulsada por la Facultad de Ciencias Económicas de la UNMDP en conjunto con el CEDET (Centro de estudios para el desarrollo territorial) de recuperación de residuos tecnológicos.
Se decide realizar del 10 al 17 de Agosto, en una amplia franja horaria, para que quienes quieran participar tengan más posibilidades de acercarse, ya que-anteriormente- sólo se establecía un día para la recolección. Se invita a la población en general, instituciones públicas y privadas a participar de dicha Jornada, en un tema coyuntural como lo es el impacto ambiental generado por el uso y descarte de aparatos e insumos tecnológicos y eléctricos.
Resulta histórico en la ciudad de Mar del Plata la participación directa, el involucramiento de una organización sindical en una jornada de esta índole.
INFORMÉMONOS:
¿Qué son los desechos tecnológicos?
También llamada chatarra o basura tecnológica, es el conjunto de residuos provenientes de computadoras, televisores, celulares y electrodomésticos en general que han sido descartados al cumplir su ciclo de vida útil o por recambio por modas y/o modelos más innovadores. La mayor parte de estos desechos puede recuperarse, volviendo a ser materias primas para ingresar al circuito económico, con su reutilización en la producción, optimizando así los recursos y dando la oportunidad a más personas de incorporarse al mercado de trabajo permanente y formal.
Estos residuos tienen una gran rentabilidad si se someten al proceso de separación de sus componentes valiosos.
El tratamiento inadecuado -que es el actual en la mayor parte de los casos- genera gravísimas consecuencias para el ambiente, y para la salud de quienes se dedican a recuperar ciertos elementos de los residuos (como el cobre de los cableados) en condiciones precarias, desregularizadas.
Algunos de los componentes más peligrosos provienen de los desechos informáticos, como el mercurio, plomo, cadmio, selenio, arsénico, todos estos considerados metales pesados- Al ser fundidos liberan toxinas al aire, tierra y agua. También por contacto con el suelo liberan agentes contaminantes que, por escurrimiento, al no haber impermeabilización, llegan a las napas de agua subterráneas.
La acumulación de desechos provoca también contaminación visual, disminución de la calidad del paisaje, desperdicio de recursos y materias primas, entre otras graves consecuencias para la salud y el ambiente.
En Argentina se producen 500.000 mil toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, lo que se traduce entre 10 a 12 kilogramos por habitante por año.
El volumen de basura tecnológica crece a pasos agigantados debido a fenómenos de los tiempos actuales: la obsolescencia programada y percibida.
La obsolescencia programada, es la programación o determinación de la vida útil de un artefacto desde la fase de diseño del mismo, es decir se fabrican para romperse en un corto plazo y su reparación resulta dificultosa o costosa, así, resulta más barato comprarse uno nuevo; la percibida es la tendencia manipulada por los fabricantes mediante el marketing, logrando que los compradores adquieran nuevas versiones de los productos, aunque los ya adquiridos tengan vida útil.